martes, 2 de octubre de 2012

Actividad 4:

TALAMPAYA: Relieve
La región está conformada por un sistema de sierras que se extienden de norte a sur. El paisaje se caracteriza por las llanuras arenosas, los bolsones y las mesetas. En el Parque se levantan la Sierra de los Tarjados, la Sierra Morada hacia el oeste (sobre el límite entre las provincias de San Juan y La Rioja) y hacia el este las sierras de Vilgo, de Paganzo y la Sierra de Sañogasta. Esta última se sitúa frente al Parque, y es una prolongación de la Sierra de Famatina (ubicada al norte), perteneciente al sistema de las Sierras Pampeanas. Entre la Sierra Morada y la Sierra de Sañogasta se abre un valle, interrumpido por la Sierra de los Tarjados. La mayor altura de la Sierra Morada, que se halla en su sector norte, es el Cerro Rajado, de 2000 metros 

La Sierra de los Tarjados tiene un largo aproximado de 20 km. Está constituida por areniscas y las arcillas del período triásico. Los factores climáticos como los fuertes vientos, las lluvias y las diferencias bruscas de temperatura, ejercen una pronunciada acción erosiva sobre estos materiales, produciendo diferentes geoformas que caracterizan al paisaje de la región, como acantilados, farallones que pueden superar los 100 m de altura, obeliscos, columnas y estrías, entre otras. Los cauces esporádicos de los ríos enriquecen más esta geomorfología, dando origen a cañones y gargantas. Algunas de las esculturas naturales que han sido modeladas por los factores climáticos reciben nombres particulares según lo que le sugieran la imaginación humana, por ejemplo, “El Rey Mago”, “La Catedral” y “El Monje” .

Los suelos son semidesérticos grises, carentes casi por completo de materia orgánica, producto de las condiciones áridas de la zona, que dificultan la humificación. Debido a esto, el suelo está formado directamente por la roca madre, sobre la cual actúan el viento y el agua, desprendiendo y transportando partículas de diferentes tamaños. Abundan los cantos rodados y otros materiales pedregosos. Este tipo de suelo suelto, poco desarrollado, es altamente susceptible a la acción de las lluvias, cuyo efecto es relevante en cuanto al modelado del paisaje.

Las lluvias, que se caracterizan por ser torrenciales, aunque muy esporádicas, descargan abundante cantidad de agua en cortos períodos de tiempo. Durante estos episodios, el agua se encauza siguiendo la pendiente natural del terreno y formando corrientes esporádicas lo suficientemente caudalosas como para producir surcos y canaletas sobre un suelo pobre, de escaso desarrollo. Los procesos de erosión, a los cuales estos suelos son altamente susceptibles, se ven acentuados por otros factores climáticos, tales como las diferencias de temperatura diarias y estacionales, el viento y la alta insolación. Como resultado, aparecen sobre el terreno surcos de entre 7 y 8 metros de ancho (1, 5). Además, la acción de las corrientes de agua sobre las laderas genera el arrastre de partículas rocosas de diferente tamaño, dejándolas esparcidas al pie de las montañas. Sobre estas acumulaciones de escombros actúa luego el viento como agente de selección. Las partículas más finas, como las arenas, son levantadas y transportadas, acumulándose posteriormente en los valles y dando origen a los médanos.
Este tipo de suelo, en asociación directa con el tipo de clima dominante, sustenta una vegetación pobre, de características xerófilas, espinosa y de hojas pequeñas. La escasa cobertura vegetal deja un alto porcentaje de suelo desnudo, expuesto a los factores erosivos
VALLE DE LA LUNARelieve
Al observar un mapa de la provincia de San Juan, se puede comprobar que su fisonomía se caracteriza por estar mayormente ocupada por amplias regiones montañosas, con un relieve abrupto y con cerros que pasan los 6.000 metros de altura. Ahora bien, estas elevaciones no son todas similares desde el punto de vista geológico, sino que pertenecen a tres formaciones distintas. En efecto, al este de la provincia existen serranías que forman parte del sistema orográfico de las Sierras Pampeanas de una antigüedad mucho mayor al de la Cordillera de los Andes o Cordillera Principal, y constituyen el borde occidental del Macizo de Brasilia que dio origen a todas las Sierras Pampeanas (Sierras de Córdoba, San Luis, Aconquija, Calchaquíes, Hualfín, Fiambalá, Ancasti-Ambato y otras). En forma sintética puede decirse que la característica principal de estas sierras es que están formadas primordialmente por rocas muy antiguas y de naturaleza ígnea y metamórfica que se han formado durante la última etapa del período terciario. Por el oeste, más allá del Valle del Bermejo, se elevan cumbres de la Precordillera de La Rioja, San Juan y Mendoza que constituyen la segunda formación. Esta está formada principalmente por rocas sedimentarias del paleozoico, con predominancia de areniscas arcillosas duras de color oscuro (grauvacas), calizas y partículas de arcilla de grano muy fino que se denominan lutitas. Además hay rocas de edades más recientes, sedimentarias e ígneas, especialmente volcánicas. En San Juan la precordillera está separada de la cordillera por los valles de los ríos Blanco e Iglesia y alcanza los picos de mayor altura como el Cerro de la Bolsa de 4,857 metros que es el más alto de la formación precordillerana.
Por último encontramos las elevaciones que corresponden a la Cordillera Andina que en San Juan y Mendoza difiere de la ubicada más al norte. En primer lugar posee una línea continua y definida, careciendo de picos cónicos, generalmente volcánicos. Está dividida en dos porciones paralelas, la Frontal al este y la denominada del Límite, al oeste. Estas dos cadenas montañosas sólo difieren en su formación rocosa y están estrechamente unidas no presentando ninguna depresión bien definida entre ambas. Hay varias elevaciones en San Juan de gran altura como los cerros Mercedario (6.770m., siendo la máxima elevación de la provincia), el Potro (5.879m.) y los Mogotes (5.411m.).
El cordón montañoso del Valle Fértil, donde se sitúa el Parque Natural Ischigualasto, pertenece al mencionado sistema orográfico de las Sierras Pampeanas, y se extiende aproximadamente a los largo de 185 km desde la localidad de Marayanes al sur hasta Ischigualasto al norte. Estas elevaciones a su vez de dividen en dos partes, una de las cuales se denomina Sierra de la Huerta y comprende las sierras ubicadas desde el río de las Tumanas hacia el sur y la otra, partiendo desde este punto en sentido norte, se llama Sierra del Valle Fértil, cuyos picos más elevados son, entre otros, el Cerro Punta Norte con 2.800 m.s.n.m., el Cerro Chicas de 2.727 m, el de la Ánimas con 2.697 y el Laprida con 2.638.

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